domingo, 27 de noviembre de 2011

Capitulo 17

-Buenos días princesa.
-Buenos días.
-¿Qué tal has pasado la noche?
-Bien, pero estoy un poco cansada.
-Normal, si nos quedamos hasta tarde viendo a los patos.
-Que gracioso. No es por eso.
-¿Entonces?
-He tenido una pesadilla.
-¿Cuál?
-Que te perdía.
-Cariño, no quiero que vuelvas a soñar eso, que me enfado. Nunca lo vamos a dejar te lo juro.
-Es que los sueños no los elijo yo.
-Ya, pero que no quiero que pienses eso.
-Vale mi amor, es que temo perderte.
-No me vas a perder...
-Te amo.
-Mira, esta tarde echan en la tele el Madrid-Barça, ¿hacemos apuestas?
-Vale, yo 2-1 para el Madrid.
-Yo para que no sea igual, 1-2 para el Barça.
-Si tu eres del Madrid.
-Ya pero así más emoción. ¿Qué apuestas?
-Si acierto yo o gana el Madrid te hago una cosa muy especial, te va a gustar.
-Pues yo... una cena muy especial que te vas a quedar pasmada.
-Lo mio va a ser mejor, te lo aseguro.
-Ya veremos.
-Ojalá que gane el Madrid.
-Quien sabe, es un 50%.
-Ya, pero es que nosotros somos más buenos.
-Eso ya lo sé.

Laura sale de la ducha, lleva una toalla en la cabeza y el albornoz hasta las rodillas, atado con un nudo a la cintura. Karl está sentado en la cama leyendo una revista.
-Laura, esta tarde es el Madrid-Barça.
-Vale.
-Andrea es del Madrid y le encanta el fútbol, con lo cuál se quedaran en la habitación.
-Yo soy del Barça- Lo dice mientras se quita la toalla de la cabeza.
-Estas muy guapa.
Laura se sorprende y le mira.
-Gracias.
-Creo que me estoy empezando a enamorar de ti.
-Estoy enamorada de Franccisco.
-Y yo de ti.
-Pero no puede ser.
-Si tu quieres si.
-Es que quiero a Franccisco.
-Bueno, si te lo piensas mejor me dices.
-¿Qué?, ¿qué te hace que vaya a cambiar de opinión?
-Todo o tal vez nada.

Suena el móvil de Andrea, va corriendo, ha dejado el móvil en el borso que está colgado en el pomo de la puerta. No mira quien es, como de costumbre. Descuelga.
-¿Si?
-¡ANDREA!
-¡Hay! No chilles.
-Perdón mujer, que sensible que eres.
-Susanna...
-¿Interrumpo algo, chica ocupada?
-No, siempre piensas en lo mismo.
-¿Y tú que sabes si estaba pensando en eso?
-Te conozco mejor que a mi mano que la veo todos los días.
-Más bien a Enrico que seguro que no te separas de él ni un milímetro.
-¡Qué dices boba! Cuando me ducho estoy a varios metros de él.
-Si no se baña contigo, claro.
-Bueno, si, ¿quieres algo importante?
-Si, tu madre lo ha descubierto.
-¿¡Qué!? No puede ser. ¿Cómo?
-Porque se ve que quedo con mi madre para hablar del viaje y mi madre no sabía nada, y vino a mi casa y me vio.
-¿Y qué dijo mi madre?
-Estaba un poco preocupada y un poco enfadada.
-¿Le has contado algo?
-Todo.
-¿Y que te ha dicho?
-Que hablará contigo esta noche, cuando vuelvas. Ah, y dice que lleves a Enrico para verlo o conocerlo.
-Joder, que imbécil eres, anda que se te puede encargar algo.
-Pero que dices, tonta.
-Me dijiste que te hacías cargo de la situación y yo te contaba todo lo que pasara.
-¿Habéis echo algo?
-No te lo voy a contar porque tu no has echo tu parte del trato.
-Jo, encima que le he dicho a tu madre que no te regañe y que no te llamara para no molestar.
-Pues cuando llegue a mi casa va a ser peor.
-Bueno, por favor, no te enfades conmigo, yo no sabía que iba a venir a mi casa.
-Vale, porque ahora estoy muy feliz, pero ya hablaremos tu y yo cuando llegue.
-Que miedo.
-Pues tenlo, no te vendría mal.
-Bueno, ¿qué tal todo por ahí?
-Si, ahora vas de buenas, ¿no?
-Solo era una pregunta.
-Pues todo muy bien, me quedaría aquí para siempre.
-Necesito verte, así que llega antes de las diez.
-Si hombre, el partido acaba a las ocho, y vamos a coger el vuelo de las diez, así mi madre está más cansada y no me dice nada.
-Porque tu no has visto la cara que tenía. Bueno, pues cuando llegues me llamas para ir a verte.
-Joder, me cago en diez.
-Y yo en once y no se que es peor.
-Bueno te cuelgo que me esta llamando mi príncipe desde la cama.
-Ja,ja que cerda que eres hija.
-Oye que no vamos a hacer cochinadas.
-No me imites coño.
-Habla bien.
-Hablo bien.
-No.
-Si.
-No.
-Bueno, lo que tu digas, pero tu hablas peor.
-Que va, que va.
-Venga adiós princesa, que folléis mucho.
-Vaya tela. Adiós.
Cuelga el teléfono, y se tumba en la cama.
-Se lo ha contado.
-¿El qué?
-Que estoy aquí contigo.
-¿Y qué ha dicho?
-Pues dice que cuando llegue a mi casa quiere hablar conmigo y contigo.
-¿Conmigo, por qué?
-Porque tu eres el que lo ha preparado todo.
-¿Se lo tomará bien?
-No creo, eres un poco mayor que yo.
-Tampoco tanto solo seis años.
-¿Te parece poco?
-Hay gente mayor, ¿me estás llamando viejo?
-No cariño.
-Vale, ya decía yo.


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