domingo, 6 de mayo de 2012

Capitulo 28

Estaban sentados en el sofá hablando de Karl.
- No quiero que se repita mas esto, ¿vale?- Lo dijo mientras se sentaba bien al oir la puerta de la calle.
- Hola, ya he vuelto, siento haber tardado tanto es que me he entretenido con la vecina.
- No pasa nada mamá- Su madre no contestó y ahora los que salieron a la calle fueron ellos.
La calle estaba abarrotada de gente de todas nacionalidades y con ropa de distinto color, con distinto peinado. Se sentaron en la terraza del un bar no muy lejos de la casa de Andrea. El camarero extranjero y no muy mayor se acercó a ellos no con muy buena cara. El hombre arrastro la silla hacia si, separandola de la mesa y se sentó. Los muchachos no entendieron nada de lo que estaba pasando. Pero el hombre se quedo mirandolos fijamente. Andrea y Enrico se miraron sin saber que decir y preguntandose a si mismo que hacia aquel camero de ese bar sentado con ellos. Al poco rato Enrico habló por fin.
- ¿Qué quiere?
El hombre no contestó pero se mostró sereno y relajado.
- No se lo que está usted tramando, pero me estoy poniendo nerviosa.
- No quiero hacerles daño- Al fin habló-. Usted es Enrico, ¿no es así?
- Así es. ¿Qué quiere de mí?
- Llevo años queriendo hablar con usted.
- Por favor, tuteame.
- De acuerdo- Asintio este convencido-. ¿Eres hijo de tu padre?, quiero decir, ¿eres hijo de Tomás?.
- Si, ¿quién es usted?
- ¿Podemos estar a solas?
- No, lo que tenga que contar me lo dice delante de ella.
- Esta bien, como quiera. Soy Gabriel Artero, camarero y jefe de este bar.
- ¿Qué quiere de mi y que sabe de mi padre?
- Hace diez años mas o menos, tu padre fue el mejor y mas fiel consumidor de este bar, es decir, el venia todos los días aquí.
- Si, ¿y qué?
- Perdona, no me interrumpa- Dicho esto y ver como asintio Enrico con la cabeza prosiguió-. Como ya he dicho, venía todos los días, era muy agradable su presencia ya que era muy simpático y un buen comprador, para decir verdad, mi mejor amigo. Nunca en la vida conocí a una persona tan sumamente hablador como tu padre, pero lo mejor de él, es que me lo contaba todo, si todo- Repitió al ver que Enrico habría la boca para preguntar-. Un día de bote pronto dejó de venir, pero me confió una cosa muy importante, mira.
Enrico cogió el sobre rojo que le entregó.
- La leo en voz alta si no le importa.
- Claro, claro.
- Mi queridísimo Gabriel, gran amigo mío, siento irme así sin avisar, esta carta se la dejo a mi mujer para que se la dé. Perdón por no dartela en persona pero es que me he tenido que ir con urgencia, tampoco me he podido despedir de mis preciosos hijos, ha sido muy duro y espero algún día despedirme de ellos como dios manda. Solo te voy a decir una cosa muy importante, mi secreto tenlo lo más seguro posible y si algún día te encuentras con mi hijo, Enrico, quiero que le enseñe esta carta y que por favor me perdone por ser un idiota e irme de esta manera, quiero que me busque, que levante piedras si hace falta, que recorra grandes montañas pero que por favor, me busque. Solo quiero que mi hijo sea uno de los nuestros y el mejor a ser posible, ahora soy el líder y no puedo dejar a la manada sola, te lo pido por favor que me busque y seguro que me encuentra solo digo que en algún bosque me encontrarás y solo una pista y la más maravillosa es que estoy en el bosque mas grande del mundo. Un beso de tu fiel amigo Tomás- Terminó de leer la carta y se quedó en silencio pensando-. Con que en el bosque más grande del mundo...
- Si, así es. Tu madre me ha dicho que te acompañe en el viaje, solo si tu quieres.
- No, gracias, ya tengo acompañante.
- Muy bien, como quiera, pero sé que nadie lo conocia mejor que yo, te lo aseguro.
- Gracias por su opinión, pero debe de entender que es mi padre, sangre de mi sangre y mismos genes y he pasado muchos años con él, ¿no cree que lo debo de conocer lo suficiente para saber dónde está?
- ¿Cuándo te enteraste de lo que era?
- Hace poco.
- Yo hace años.
- Era solo un crío, ¿cómo se lo iba a contar a un niño?
- Esa respuesta la tienes tú.
- Bueno, está haciendose tarde debemos de irnos, gracias por todo.
- No hay de que muchacho, y si cambias de opinión ya sabes donde estoy. Adiós.
Se fueron a pie, no dijeron nada solo pensaron en la conversación tan rara en un día tan normal. Si era cierto aquello de que se hallaba en ese bosque, ¿cómo le pudo enviar la carta hasta a su casa?. Hay preguntas como estas que se quedan en el aire, de esas que no tienen respuestas. Andrea ya estaba en la puerta de su casa y miró a los grandes ojos de Enrico, pudo ver en ellos, una mirada triste y presa del pánico.
- ¿Puedo quedarme a dormir a tu casa esta noche?
- Si, por favor, te necesito a mi lado.
Andrea llamó a la puerta de su casa.
- Hija, hola.
- Máma, que me quedo a dormir en casa de Enrico.
- Mmmm... ¿Segura?
- Claro.
- Esta bien, por cierto, Susanna te ha llamado. Dice que es muy importante, si quieres pasa y...
- No tendrá tanta importancia, ya sabes como es- Le sonrió y le dió un dulce beso en la mejilla-. Que duermas bien.
- Y vosotros.

viernes, 27 de abril de 2012

Capitulo 27

Por fin llegó el verano, esa época del año en la cuál tu piel se vuelve de otro color, donde descansas más, donde se es mas feliz por ir la playa o quedar con tu amigos y lo mejor sin exámenes. Como es de esperar Andrea las ha aprobado todas, pero a Susanna le han quedado tres. Enrico, no llamó ni una sola vez en este tiempo a Andrea. Bueno, en realidad no lo sabe, ella tiró su móvil al suelo y se rompió y no ha querido saber nada de él desde entonces. Su madre habló con su padre y han intentado arreglar las cosas y se han dado otra oportunidad. Andrea está muy feliz y espera que estén igual que antes ahora que no esta con Enrico no tienen motivos para estar peleados. Hoy, tercer día del mes de Julio, una mañana soleada y calurosa, con un cielo despejado. Una chica de cabello largo rubio y con el flequillo recogido hacia atrás pillado con una horquilla se halla en su cama leyendo ''Harry Potter y el misterio del príncipe'', por lo general le encanta leer, pero ella ha soñado durante tres meses en que estas vacaciones las pasaría con el que más le había importado hasta entonces: Enrico. Ir de viaje juntos, ir a la playa y picarse mientras jugaban en el agua, comer, vivir, soñar... Pero al terminar la relación no pudo cumplir la promesa que le había echo antes del partido del Real Madrid. Un poco disgustada se sentía por no decir mucho, ya que eran muy felices, pero por la dichosa carta de su padre y por otro lado los consejos de su madre y la cabezonería de él ha echo que tres meses de ilusión, de amor, de alegría, de felicidad se vaya al traste.
Andrea, no entiende porque no le ha dejado irse con ella o porque no ha esperado para irse. Ella no sabe si se ha ido o no, pero se lo supone.
<<- ¡Mierda! ¡Mierda! y más mierda. Joder, ¿qué coño hago pensando en él?. No, no me puede estar pasando esto, hace ya tiempo que me olvide y no puedo volver a recordarlo, no, no, y no- Se decía así misma mientras dejaba el libro de Harry a un lado de la cama, se puso de pie y se echó las manos a la cabeza-. Andrea... piensa... ¿Por qué? ¿Por qué ahora? Quizás no me había dado cuenta de lo mucho que lo quería, ¡No! ¡Eso ya lo sabía yo!->>
- Andrea te llaman.
- ¿Quién es?
- Un chico.
- ¿Un chico?
- Si.
- ¿Te ha dicho quién es?
- No. Ven a ver si se va a ir.
- Voy.
Andrea se dirigió a la puerta lo más rápido que pudo, se asomó por la mirilla y vio a la única persona que no se imaginaba, el último que se le hubiera pasado por la cabeza: Karl.
- ¿Qué haces aquí?- Preguntó en un tono frío.
- Na... Nada... Me he enterado que has cortado con tu novio y he querido venir a ver como estabas.
- ¿Desde cuándo te he importado como estoy?
- Desde siempre, siempre te he querido y siento mucho todo lo que te hice, si pudiera arreglarlo...
- No, no puedes.
- Pero yo te quiero.
- Pero yo a ti no, yo por ti no siento ninguna pena, no siento nada.
- ¿No quieres ni mi amistad?
- No nos llevaríamos bien...
- Eso no lo sabes.
- Si, si que lo sé. Pensé que nuestro amor era puro y que jamás me harías daño y ya ves, como cambian las cosas de un día para otro.
- Y seguro que también pensaste que tu amor con ese tal Enrico también duraría y así no ha sido.
- ¡Fuera!
- ¿Qué?
- ¡Que te vayas, no vuelvas más!
- Andrea, no sabes lo que estas haciendo...
- ¿Me estas amenazando?
- No.
- ¿Me vas a hacer lo mismo?
- Pues mira si, yo la verdad no hice nada, fuiste tu quien me puso los cuernos.
- ¡Me pegaste!, ¿te parece poco?
- Mira, te pedí perdón, he ido detrás tuya y tu no me has dado otra oportunidad.
- Es que lo que hiciste no tiene segundas oportunidades, yo también cometí un error, pero es como lo sentía, este chico me hacía única...
- Perdóname, por favor, he cambiado.
- No, y vete antes de que llame a mi madre.
- Bueno lo siento, adiós, te vas a arrepentir.
- Lo dudo.
- Ya veremos.
- ¿Qué quieres decir?
- ¿Yo? Nada.
- No, ahora me lo dices.
- Adiós.
- Karl, ¿te das cuenta de que no has cambiado?
- Hace mucho de eso y no conoces al Karl de ahora.
- Ni lo quiero conocer.
- Pues entonces adiós, y no esperes que vaya más detr...
Entonces en ese mismo instante apareció una silueta de las escaleras, con los brazos marcados de dos dedos más alto que Andrea. La muchacha se sorprendió y se llevo la mano a la boca, y empezó a llorar de emoción. Karl lo miró de arriba abajo con mala cara, le molestó muchísimo que se presentara él en esos momentos.
- ¿Interrumpo?
- ¿Que hace tú aquí?- Pregunto Karl muy enfadado.
- Eso mismo me pregunto yo.
- ¡ENRICO! ¡Qué sorpresa!- Andrea fue corriendo y lo abrazó con todas sus fuerzas.
- Bueno Andrea como ya te he dicho me voy, pero te vas a arrepentir- Karl se fue un poco decepcionado porque no había conseguido su objetivo.
- Pasa, pasa- Le dijo a Enrico-. ¿Para qué has venido?
- Para ver a la persona que quiero.
- Enrico...- No pudo proseguir pues estaba llorando bastante.
- No quiero verte así, quiero que sonrías que es como me gustas.
-Andrea, ¿qué pasa?- La madre de la muchacha entró y vio a Enrico, se sorprendió porque Andrea se lo había contado todo-. ¿Qué estas haciendo aquí?
- Pedirle perdón a la que me da las ganas de vivir día a día, la que me ha enseñado a saber que es el amor.
- Andrea, no desaproveches esta oportunidad.
-Ya lo sé mamá.
- Bueno os dejo, me voy a dar un paseo.
- Adiós señora.
- Enrico cariño... No me vuelvas a hacer esto, no quiero perderte.
- Lo sé, mira lo siento mucho, si quieres acompáñame a donde tu quieras, al fin del mundo si hace falta.
- Nunca te dejaré, porque dijimos siempre y así será, una pequeña pelea la tienen todas las parejas.
Andrea empezó a besar a Enrico, sintiendo el calor de sus labios, la respiración de cada uno, labios con labios, dulce, muy dulce. Empezaron a quitarse la ropa y poco después se hallaron tumbados sobre el sofá haciendo el amor.
- La promesa del partido...
- Si. Te quiero.
Siguieron y no pararon, cuerpo con cuerpo, lentamente y con mucho amor hallados en el salón con la luz del sol alumbrándolos y sin nadie en la casa.

viernes, 30 de marzo de 2012

Capitulo 26

Una mañana calurosa, con el cielo despejado y un sol esplendido. Andrea se encuentra sentada en su pupitre atendiendo a las explicaciones de la profesora Anita. No estaba muy concentrada después de lo que paso con Enrico pero intentaba pensar lo menos posible de ese momento. ¿Qué tendría que hacer en esa situación? ¿Qué hacer para volver con la única persona a la cual quería?, esas son las preguntas que rondaban por la cabeza de Andrea. << -Concéntrate Andrea, concéntrate -Se decía así misma- >>.
Cuando salieron al recreo, Susanna no paraba de contarle lo que le paso esa noche.
- Pues si, Andrea, Jaime es un hombre encantador.
- Ya sabes como son las relaciones, fíjate en la mía, me pensaba que todo iba de maravilla hasta ahora.
- Pero es diferente, nuestro amor es muy pasional.
- Jaime solo quiere sexo.
- ¿Y cómo estás tan segura?
- Porque todos los tíos son iguales, no hay que fiarse.
- ¿Y cómo que no me ha pedido de hacer nada?
- A ver cuanto tarda.
Se quedaron calladas varios minutos, la verdad, es que no tenían nada de que hablar. Ayer por la tarde como Andrea estaba mal, hablaron de todo para cambiar de tema y que no se acordara de Enrico pero todo fue en vano. Poco después sonó el timbre y entraron en la clase.
- ¡Ya falta menos para que termine el curso! -Dijo Susanna por fin-. Ya era hora, espero haberlas aprobado todas.
- Es verdad, es que bachiller es muy complicado.
- Claro, pero nosotras somos unas empollonas.
- Recuerda que en el primer trimestre te quedaron cinco.
- Y a ti dos.
- Pero no compares, yo por lo menos aprobé con Anita y con Franco.
- A mi Anita me tiene manía.
- ¡Eso no son escusas!
- ¡Qué es la verdad...!
Por fin sonó el timbre y fueron a sus casas.
- Mamá, ya he llegado.
- Hola Andrea.
- ¿Por qué lloras?
- No, no estoy llorando -Mintió su madre y dio la vuelta para secarse las lágrimas.
- No me mientas, ¿qué pasa?
- Tu... padre... y yo... nos hemos separado.
- ¿¡QUÉ!? ¿No lo dirás enserio?
- Todavía no es definitivo, pero ha recogido todas sus cosas y se ha marchado -Lo dijo tranquilizándose un poco, pero se le saltaban las lágrimas.
- ¿Y qué ha pasado?
- Que discutimos y así mejor.
- ¿Por qué habéis discutido?
- Hace una semana mas o menos, sonó tu móvil...
- ¿Mi móvil?
- ... y leí un mensaje.
- ¿Mensaje? ¿De quién?
- De un tal Enrico - Andrea se quedó sin habla al oír esas palabras de su madre, pero su madre ni la miró-. Ponía que te quería mucho y que le encanta estar contigo...
- Olerte ese pelo con toque a canela y acariciarte esa piel a aloe vera.
- Muy bien, exactamente lo que ponía, entonces tu padre al ver que estaba con tu móvil se enfado, me dijo que hacía mal en coger tus cosas, pero cuando me quito el móvil y leyó lo que ponía se puso echo una fiera.
- ¿Qué? ¿Y cómo es que no me ha dicho nada?
- Le dije que no te dijera nada y se enfadó conmigo y se fue.
- Pero volvió, ¿no?
- Si, pero volvimos a discutir. Y entonces me preguntaste que dónde estaba papá, yo te dije que trabajando y tu sospechaste lo de la hora.
- ¿Por qué no me lo dijisteis desde un principio?
- Porque no quería decírtelo, no quería que tu padre te pegara, porque ya lo conoces como se enfade mucho...
- Si, ya, pero si yo no estoy con Enrico.
- ¿Cómo? ¿Y lo del mensaje?
- Pues que hay si estábamos llevábamos tres meses, pero nos hemos peleado y cortamos.
- Vuelve con él.
- ¿Por qué?
- Tu hazme caso y arregla las cosas.
- ¡Pues dame ejemplo y arregla lo tuyo con papá!
- De acuerdo, invítalo esta noche a cenar e invito a tu padre.
- No sé... Esta pelea fue definitiva, no sé si querrá...
- Llámalo.
- Mamá, esta historia no es como antes, no quiero llamarlo, no quiero saber nada más de él, me ha jodido mucho lo que ha echo -Las lágrimas le caían lentamente por la cara. Andrea se puso de pie y miro a su madre a los ojos -. Lo mejor, es que la cosa se quede como está, pero tu recupera a papá que llevais mucho tiempo juntos y no merece la pena que estáis así por una niña que tiene diecisiete años, casi mayor de edad, ya no tengo seis años para que me controléis la vida, ¿sabes?.
- Tienes razón, pero esto no me lo tienes que decir a mi porque yo no he dicho que lo dejes con ese chico, yo sé que así eres feliz...
- ¡Yo no soy feliz mientras mis padres estén peleados! ¿Lo entiendes?
- Si cariño, lo entiendo, pero el tiempo lo dirá, él ha decidido irse y no puedo hacer para que cambie de opinión.
- Pero si tu no vas y arreglas las cosas pues no lo solucionáis porque él ha demostrado que no va a volver, mamá te lo pido por favor, pídele que vuelva...
- Bueno pero en estos momentos no puedo.
- ¡Si puedes!
- No, hazme caso que no.

domingo, 11 de marzo de 2012

Capitulo 25

-Bueno, tengo la comida echa, es arroz tres delicias, no sé si te gustan, si no, te hago otra cosa.
-Si, si me gustan no te preocupes.
-Ah vale.
Empezaron a comer tranquilamente, la verdad, era muy extraño, estuvieron toda la comida sin dirigirse la palabra. Poco después de comerse el postre, se hallaron en el salón y se sentaron en un cómodo sofá que tenía Enrico. El salón era bastante amplio, tenía una mecedora, dos sillones iguales puestas en forma de ''L''
y la televisión estaba a pocos metros de la mesa que había en el centro de cristal con una vela que hacia juego con las paredes. Andrea la primera vez que entro pensaba que estaba muy bien decorada para ser un chico el decorador pero luego le dijo Enrico que lo hizo con ayuda de su hermana que se quería dedicar a diseñadora de interiores.
-Lo siento por estar tan callado.
-Y yo, estas un poco raro.
-Lo sé...
-¿Qué te pasa?- Preguntó Andrea con preocupación.
-Pues a ver, no se trata de ti, es de mi...
-Cuéntamelo.
-Voy a empezar a buscar a mi padre.
-¿Cómo?
-Andrea, tengo que encontrarlo, quiero que me cuente las cosas desde el principio, quiero saberlo todo sobre mi familia paterna- Andrea lo miraba con la boca abierta-. Ya sé que las cosas entre nosotros van muy bien, pero quiero que sepas que te quiero y la verdad, no quiero perderte, pero no puedo hacer otra cosa, tengo casi veinticuatro años y no sé nada sobre mi padre.
-Vale, a ver si lo he entendido bien. ¿Te vas a ir y me vas a dejar aquí?, ¿estás queriendo decir que no te voy a volver a ver más?. A ti creo que se te ha ido la pinza, sin mi no te vas a ninguna parte.
-No, Andrea, no puedes venir, esto es muy serio y lo indicado es que no vengas, eres menor y tienes que ir al instituto.
-Pero yo no quiero que te vayas.
-Y yo tampoco, no quiero perderte, pero ya leíste la carta.
-¿Enserio que me vas a hacer esto?
-Lo siento.
-Y yo, pensaba que estaríamos muy unidos para siempre, no pensaba que esto terminaría así, muy bien, tu lo has decidido, que te vaya bien en tu búsqueda y no me hables más.
-Sé que es muy difícil, a mi tampoco me gusta que tenga que pasar esto, pero no te lo tomes así, yo te quiero.
-¡Pues no me lo demuestras así!- Andrea se levantó muy enfadada, cogió su mochila y abrió la puerta- Hasta nunca y que te vaya bien.
-Andrea... No te vayas...
No llegó a oírlo, cerro la puerta muy rápido y a la vez muy fuerte. Andrea bajo corriendo las escaleras, llorando. Poco después llegó a la casa de Susanna. Tocó al 1º4 y esta contesto al momento. Subió lo más rápido que puedo.
-¿Qué te pasa?
La pregunta se quedo en el aire porque Andrea se dirigió sin mirarla en ningún momento hacia su cuarto.
-Bueno, ¿me quieres decir que te pasa?
-Ha sido muy malo conmigo.
-¿Qué te ha echo?, ¿no te habrá pegado?
-No, eso nunca, es buena persona...
-¿Entonces?
-Pues que se tiene que ir a buscar a su padre y lo mejor que no sabe donde está, se tiene que recorrer cielo y tierra para buscarlo y me ha dejado.
-¿Qué tiene que ir a buscar a su padre?.
-Si.
Cuando termino de contárselo con detalles, Susanna se levantó y le dio un fuerte abrazo.
-En estos momentos no se que decirte, nunca me ha pasado eso.
-No hace falta que digas nada, solo quería contárselo a alguien de confianza.
-Mira, tu no te preocupes que encuentras a alguien mejor.
-¿Alguien mejor que él?. Imposible.
-Si, ya sé, lo mismo decías de Karl y lo olvidaste al momento.
-Porque conocí a la persona ideal, al que me ha dado ganas de vivir en cada momento.
-Si... era muy buena persona...
-El mejor -Se secó las lágrimas que le derramaban por la cara-, vamos a hacer el trabajo, basta de llorar, ha sido lo que él ha querido y yo no puedo hacer nada.
-Vale, si quieres.

Enrico estaba tirado en el sofá con la mirada perdida, dándole vueltas a la cabeza sobre lo que había pasado, no sabia que hacer. Lo dicho, dicho está. Se levantó y se dirigió a su cuarto, se sentó en la mesa  y empezó a buscar información sobre hombres lobo en el ordenador. No daba mucha información, total que se quedo igual que antes. Poco después pensó en ir a la biblioteca pero estaba muy tocado por lo de Andrea, eran muchos momentos agradables, casi tres meses juntos, con un amor donde había pasión, confianza, alegría... Y todo se ha estropeado. Enrico esta muy confundido no sabe que hacer. Salió de su casa a dar un paseo y poder así aclarar sus ideas.
<<¿Y si Andrea me acompaña en este viaje?- Piensa-, ¿pero y si los hombres lobos son malos?, ¿qué pasaría si me convirtiera en uno de ellos y mate a Andrea?, ¿qué haría yo tanto tiempo fuera sin ella?, ¿y si le pasa algo mientras yo no este o Karl vuelve con ella y otra vez le pegue?, ¿si me quedo aquí que pasaría con mi padre?>>
-Hola hermanito, ¿cómo estás?- Acababa de encontrase con su hermana Valeria una chica de quince años que vivía en casa con su madre.
-Hola, ¿qué haces aquí?
-Pues nada, he venido a dar una vuelta y quería pasar por tu casa, te veo muy pálido, ¿qué te pasa?
-No es asusto tuyo.
-¿Te ha pasado algo con Andrea?
Enrico contuvo la respiración unos instantes, no podía mentirle a su hermana, ya se le notaba bastante, había dado en el clavo.
-Si.
-Me lo imaginaba. ¿Qué ha pasado?
-Nada.
-No me engañes.
-Que nos hemos peleado.
-¿Por qué?
-Mira hay una cosa que tu no sabes y mamá me ha dicho que no te lo cuente.
-Si lo sé.
-¿Qué sabes?
-Lo de papá. Pero mejor que no hablemos de esto aquí, vamos a tu casa y me invitas a un batido.
-¿Cómo lo sabes?
Valeria se quedo callada y dio una vuelta sobre si misma y fue hasta la casa de Enrico.
-Mira, ¿te acuerdas de que yo me fui?
-Si claro, te eche yo prácticamente.
-Si, pues deje la grabadora que me regalaste tu expresamente hace dos años.
-¿Y por qué hiciste eso?
-Porque me estabais echando y sabía que era importante, además necesitaba saberlo.
-Bueno, me he enfadado con ella porque tengo que ir a buscar a papá y temo que a ella le pase algo.
-Si, lo entiendo, pero ponte también en su lugar, esta destrozada, se le nota que te quiere y esto le ha afectado muchísimo.
-¿Pero que quieres que le haga yo?. Yo también la quiero pero no puedo hacer nada, quiere acompañarme pero le he tenido que decir que no, no puede dejar sus estudios para que luego le pase algo grave.
-¿Cómo qué?
-Pues a ver, yo no sé realmente como son los hombres lobo, no sé si le harán daño, no puedo permitir que corra ese riesgo bajo ningún concepto, ¿entiendes?
-Si ella quiere acompañarte y es lo que siente, tu no lo puedes impedir.
-Claro que si... Yo creo que he echo bien en dejarle las cosas claras, pero sin ella no es lo mismo, es lo que me ha dado las ganas de vivir cada día.
-Enrico, no te das cuenta. Ve y dile todo lo que tengas que decirte, si ella toma la decisión de irse contigo, que vaya.
-Ya le he dicho todo lo que le tenia que decir.
-No, no le has dicho lo mucho que la quieres.
-Claro que se lo he dicho.
-Mira, haz lo que te de la gana, pero decidas lo que decidas que sea lo que sientes.
Enrico estaba pensando en la razón que tenía una niña de quince años, al parecer no era tan cría como el pensaba, en realidad era demasiado madura. Antes de que se diera cuenta Valeria estaba abriendo la puerta.
-¿Dónde vas?
-Creo que te he dicho todo lo que te tenía que decir. Suerte.
-Vale, gracias. Adiós.
Valeria le sonrió y se marchó.

martes, 6 de marzo de 2012

Capitulo 24

-Bueno, ¿para qué habéis venido?
-Pues mamá, hace un mes o así me vino una carta sin destino a mi casa. Me quede un poco estañado. -Tragó saliva con dificultad y prosiguió- Empecé a leer y me quede pasmado era de papá.
-¿¡QUÉ!?, ¿qué te ha dicho?
-Pues... que él... es un hombre lobo... y que se tubo que ir de aquí para no haceros daño.
-¡Pero bueno, si que tiene cojones este tío para contártelo!
-¿Por qué?
-Porque no pensaba que te lo iba a decir, pensaba que él quería que te dijera que habíamos cortado, que no iba bien nuestra relación, o que simplemente, deciros que había muerto.
-¡Pero eso sería mentirnos!
-Lo sé hijo, pero es que no te lo podíamos decir.
-Tu siempre has dicho que la verdad por delante.
-Pero en estas ocasiones es mejor ocultar la verdad.
-Ha dicho que tengo que ir a buscarlo.
-Tu eres el descendiente de él.
-¿Y qué debo de hacer para encontrarlo?
-Búscate tus propios medios, si eres un buen lobo debes de tener un buen instinto... Tu padre sufrió mucho para encontrar a tu abuelo.
-Es que el mundo es muy grande, tardaría años en encontrarlo.
-Ya te lo he dicho, si eres un buen lobo tienes que tener un buen instinto, recuerdalo.
-Muy bien mamá, pues nos vamos.
-No, quedaros un rato, tomaros el té.
-Hasta luego.
-Vale... adiós pues.
-Adiós señora.
-Señorita si no te importa.
-Mamá, no te quites años.
Después de esta conversación fueron hacia la puerta y salieron. Pocos minutos estaban en el coche. Enrico no podía parar de pensar en la conversación no sabia que hacer. Andrea estaba un poco disgustada, se había quedado con la intriga de muchas cosas y quería hacer muchas preguntas pero se quedaron en el aire. Cuando más piensas en una cosa o en alguien peor sale. En la vida cuando no tienes con quien ir de la mano, vas solo, con la cabeza bien alta y pensando en el camino que tienes que recorrer, no te aferres a la persona que quieres porque al fin y al cabo poco te va a servir. Mucho tiempo atrás Enrico era una persona amable, muy, muy curioso; le gustaba mucho los juegos de aventuras, las películas de acción... Hasta que llego a ser adolescente. Se enamoro de una chica muy guapa llamada Marina. Una chica de pelo castaño, pelo de largo hasta media espalda, no llevaba flequillo y tenía el cabello ligeramente ondulado. Era lista, no de las que sacaban sobresalientes pero su forma de pensar era de una chica madura, sabía llevar muy bien las criticas y no le dolía lo que dijesen de ella, ni de las burlas ni de nada en general. Enrico, pensó mucho en declararse, en pregonar su amor, él no era nada del otro mundo (en físico) pero tenia un gran corazón. Un día se armo de valor y se lo dijo. Ella reacciono muy bien, ya que eran amigos desde hace unos años. Por desgracia Marina acababa de romper su relación hace unos pocos días y no estaba preparada para otra relación con una persona diferente. Enrico estuvo mucho tiempo sin hablarle. Pero pensó y recapacito, fue hacia ella y le dijo:
-Mira, aunque me hayas dicho que no, aunque no me quieras, que sepas que mi corazón y mi alma lo tienes tú. Aprovéchalo porque sé que nunca podrás encontrar a una persona como yo, que te de amor, que te de pasión y que te haga entender los pasos de la vida, los caminos y hacerte ver que cuando una persona se cae se tiene que levantar, te pueden ayudar, pero tienes que elegir bien a la persona ideal.
Marina al escuchar estas palabras, los ojos se le llenaron de lágrimas en la vida le habían dicho algo así. Mientras tanto ella contestó:
-De lo único que estoy segura es que quiero estar a tu lado, que me empezaste a gustar hace mucho tiempo pero no tenia el valor de decírtelo, al decirme que me querías no pude decirte que si, tengo demasiado orgullo y esperaba que fueses detrás mía. Al ver que no ibas detrás de mi, lloré muchísimo porque te quiero, quiero que estés a mi lado todo este tiempo, quiero que ese camino lo recorramos entre los dos, y que nunca jamas nos separemos, porque he encontrado a mi media naranja y ese eres tú, quiero que me hagas feliz que me devuelvas la vida, que sea la persona que siempre quise ser, la que lo da todo por esa persona especial, la que quiere amar.
Él se quedo paralizado y la miró a los ojos que tenía llenos de lágrimas que recorrían un camino hasta la barbilla. Y la besó.

-Andrea, es ya hora de despertarse, son y media, así que date prisa que te llevo yo.
-Si, ma-mamá- Bostezó mientras se levantaba lentamente.
<<Buenos días mundo>> se dijo a si misma. Se vistió lo más rápido que pudo, se dirigió al cuarto de baño y cuando se miró al espejo se dio cuenta de que la camiseta se la puso al revés; se la puso al derecho y se lavo la cara. Mientras se quitaba los enredos de su melena rubia pensaba en que hoy tenia un largo día por delante. Mañana, tenía un examen de matemáticas muy complicado y no había estudiado nada. Y encima, esa tarde había quedado con Susanna para hacer el trabajo de historia. Sería un día agotador. Cuando terminó de peinarse su pelo laceo se dirigió a la cocina con mucha hambre. Su madre ya le había preparado su tostada y su descafeinado. Solo le quedaban diez minutos para llegar al instituto y su madre le estaba diciendo que se diera prisa. Cogió su mochila y se fue directa al coche, se subió y el coche se puso en marcha.
-¿Dónde está papá?
-Se ha ido a trabajar.
-¿Cuándo?
-A las siete y media se ha tenido que ir.
-Pues si a esa hora me he levantado yo y no lo he oído.
-Porque se ha ido unos minutos antes.
-Que raro, papá entra a las nueve.
-Pero le ha cambiado el turno a un compañero para salir antes.
-¿Y para qué?
-¡Pero bueno Andrea!
-Vale, vale.
No se dirigieron la palabra en todo el camino.
Cuando terminaron las clases, Andrea tenía muchísimos deberes y no tenía tiempo para todo. A la salida como todos los días Enrico fue a por ella.
-Hola amor- Le dio un suave beso en los labios.
-Hola, ¿qué tal te ha ido la clase?
-Ufff, fatal... Nos han mandado muchos deberes y esta tarde he quedado con Susanna para ayudarle con un problema con un niño, que esta rayada y mañana encima tengo un examen de matemáticas muy complicado, así que no se de donde voy a sacar el tiempo.
-Que novia tan ocupada tengo.
-Pues si, te has buscado a la ideal.
-Por supuesto.
-¡Mierda!, no le he preguntado a Susanna si me quedo en su casa para comer o me voy a la mía.
-No pasa nada, no se lo preguntes, vamos a mi casa y ya hablamos más tranquilamente.
-Ah, vale, perfecto, ¿luego me llevarás tú no?
-Claro, te llevo a donde haga falta, por ti doy la vida.
-Mira, te quiero demasiado, eres un sol.

viernes, 20 de enero de 2012

Capitulo 23

Un días despiertas, con una desilusión al pensar en cosas que no te gustan, que te dan arcadas cada ver que lo piensas, que te levantas de mal humor, que a lo mejor no es de tus mejores días... Pero hay otros que te despiertas, saltas de la cama, apoyando el pie derecho para que te de suerte, tienes ganas tremendas de comerte el mundo, de persona en persona hasta que no quede nadie; cualquier cosa insignificante es lo más hermoso que has podido ver a lo largo de tu vida. Estos días son de lo mejor, ya no te importa Franco en historia ni Anita en matemáticas, sobrevivirías a cualquier ataque nuclear, como una explosión como un tsunami con tal de levantarse con el pie derecho, una simple tontería pensarás, pero no, sabes las ganas que tienes de ver a la gente que te importa, al chico que te gusta, que te vea y te sonría y tu te pongas tan colorada como un tomate o como un pimiento. O cuando te dice hola y no puedes fijar tu mirada en sus ojos, que te pones como un flan y muy roja y te dices a ti misma que eres tonta por tener esa reacción...

-Mmm, muy ricos estos tortelinis, te han salido de muerte. Me encantan.
-No exageres.
-No, enserio, no exagero, están genial, de los mejores que he probado.
-Muchas gracias, es que cuando le pone una pizca de cariño, otra de amor, otra de sinceridad y lo haces a fuego lento, salen así.
-Geniales, ya te digo.
-¿ Quieres leer la carta? -Se lo dice mientras coge la carta- No es muy larga...
-Si, con mucho gusto.
-¿Qué te ha dado por hablar así?
Andrea no responde, deja la pregunta en el aire, coge la carta y empieza a leer.


Querido hijo, sé que hace ya demasiado tiempo que no hablamos, y solo puedo hablarte en esta situación mediante cartas sin un destino de salida. Siento que ya no vuelvas a saber nada más de mi, hasta que investigues más sobre mi desaparición. Seguiré vivo. No puedo decirte dónde me encuentro, no puedes saber mucho más de todo esto. Espero que pronto lo sepas todo. Mira, Enrico, estoy muy lejos, fuera de España, hay cosas que no sabes. Lo primero que debes saber es que soy un hombre lobo. Eso de que trabajaba por las noches solo en luna llena, es mentira. Me iba sobre las seis para alejarme lo más que podía de vosotros para no atacaros. Tu madre me descubrió y estuvimos discutiendo mucho, hasta el punto que me dio mucha rabia y me fui. Volví porque pensé que solo era un arrebato de los que le dan a los niños chicos y eso. Hablé con tu madre tranquilamente y decidimos no contaros nada, ni a ti ni a Valeria. Hasta aquí solo puedo contar, lo demás que pasó hasta ahora tienes que descubrirlo por ti mismo. Te estoy poniendo a prueba, si no me encuentras moriré. No volveré por más que me lo digáis ni nada. Ah no, si no sabéis donde estoy, el móvil me lo deje en casa. Te habrás quedado pasmado, siento que te hallas enterado de esta manera, tu madre no se atrevía. Si se lo dices a la policía no te servirá de nada, recuerda, soy un hombre lobo. ¿Qué?, ¿Qué cuántos somos?, Enrico, Enrico... somos unos veinte o así. El líder por desgracia soy yo. Bueno, espero que te vaya bien buscándome. Y espero que te vaya genial y llegarás a ser uno de los nuestros.


                                                                                                                    De tu padre. Te quiero.
-¡Dios!
-¿Qué?
-Estoy atónita, ¡qué alucine!, ¿esto es verdad?
-Se supone que si, no lo sé.
-Pregúntaselo a tu madre.
-¿Tu crees que debería de hablar con ella?
-Si, dice tu padre que tu madre lo sabe, yo se lo preguntaría, pero como tu veas...
-¿Vamos ahora?
-Si quieres... Pero luego tenemos que volver -Le guiña un ojo- ya sabes...
-Claro amor, si no tardaremos nada. Y así te presento a mi madre que tiene ganas de conocerte en persona.
-¡Qué vergüenza!
-Más vergüenza me dio a mi conocer a tu madre de esa manera.
-Tampoco fue para tanto.
-¡Cómo que no!
-Exagerado.
Pocos minutos después se sentaron en los sillones grises del automóvil y Enrico concentrado en las marchas, en el acelerador, en el freno y en la carretera, se dispuso a avanzar con rumbo fijo a la casa de sus padres, bueno, ahora de su madre y su hermana, que son las que viven actualmente.
Tras un corto camino de viaje llegaron al punto de destino, se bajaron deprisa del coche, él lo cerró con el mando a distancia mientras andaba hasta el portal.
-¡Mamá soy yo! Abre.
Su madre de inmediato abrió la puerta obedientemente, poco después entraron en la casa. Su hermana estaba mirando hacia ellos justo detrás de la puerta del comedor.
-Buenas hijo. ¿Quién es esta muchacha tan guapa?
-Mi novia.
-¡Dios mio!, ¡Qué encanto, que hermosura! -Le da dos besos muy fuertes haciéndole daño a Andrea, pero ella ni se inmuta- ¿Cuándo os vais a casar?
-¡Pero mamá! Todavía es muy pronto para eso.
-Perdona, perdona, era un suponer nada más.
-Bueno, he...
-¿Qué edad tiene esta jovencita? -Le corta su madre- Pareces muy pequeña para él.
-Si señora, tengo diecisiete recién cumplidos.
-¡Pero no te da vergüenza Enrico!, es menor de edad.
-Mamá, lo sé pero ella me quiere, yo le quiero, nos queremos. -Responde con mucha ira- Joder y para qué habré venido -Dijo entre dientes.
-Pero bueno Enrico, habla bien, perdona cariño, mi hijo es así, tu pareces buena gente -Dijo dirijámonos a Andrea que estaba muy callada al lado de Enrico, no se atrevía a decir nada.
-Gra...Gracias.
-¡No estés tímida, siéntate como si estuvieras en tu casa! -Le dijo mientras la conducía al cuarto de estar donde Valeria salio corriendo hasta el sillón y sentándose en él.- Valeria di algo a la invitada, no seas tan maleducada.
-Hola.
-Andrea, ¿quieres un té?
-¡Mamá no seas tan pesada!, si, haz lo que quieras...
-Si claro, muy amable, un té me parece bien.
-Vale, Enrico habla bien a tu propia madre. Valeria ven a ayudarme.
-Si mamá. -Obedientemente se dirigió a la cocina junto a ella, mientras la pareja se quedaron a solas.
-Andrea, ¿cómo se lo vamos a decir?. Con la renacuaja esta y mi madre que no se calla.
-Pues no se, dile a Valeria que se vaya y nos quedamos hablando a solas.
-Mi hermana lo oye todo, esta detrás de todos lados, se esconde donde puede...
-Dile que te has encontrado a alguna amiga suya por la calle y que vaya a su casa.
-Buena idea, eso haré.
-¿Qué harías sin mi?
-Nada -Contesto con una sonrisa en la boca- ¡Valeria!
-¿¡Qué!? -Chilló desde la cocina lo mas fuerte que pudo.
-Ven un momento.
-Voy -Llego un segundo después- ¿Qué?
-Que me he encontrado a Nerea por la calle, que dice que vayas a su casa que tiene una cosa importante que contarte, dice que no se me olvidara y que fueras.
-Ah vale, pues ahora iré si me deja mamá.
Su madre entro a la habitación donde se encontraban, con una bandeja enorme y encima dos tazas pequeñas y una tetera enorme con decorados de flores de todos los colores.
Lo dejó con mucho cuidado de que no se cállese nada y no derramarlo. Se sentó junto en frente de ellos.

''Los retos difíciles son los mejores, arriésgate y sé feliz''


viernes, 13 de enero de 2012

Capitulo 22

Han detenido a Laura.
-¿Usted ha tenido algo que ver sobre la trama de espionaje? -Dijo el agente Iglesias- Si es así, explique por qué y como lo hicieron.
-Si, era la ayudante de Karl -Respondió un poco entrecortada- Fue porque él estaba celoso al ver que su ex novia se fue con otro.
-¿Karl espiaba a su ex novia?
-Si, señor -Respondió con seguridad- ¿Cómo lo habéis pillado?
-Se veía venir. Mira Laura, sé que usted es buena persona, pero Karl es un traficante, un camello profesional y si ahora ha echo esto, no quedará más remedio que detenerlo.
-Perdone, solo hemos echado varias fotos ha esa chica, yo por mi parte no quería hacerlo, Karl me obligaba a que trabajase para él. ¡Quería matarla! En el hotel de Londres, exactamente ''The may fair'' me dijo que me quería, que aquella chica no significaba nada para él pero yo si.
-Muy bonita la historia -Dijo burlándose- ¿cómo quería matarla exactamente?
-No lo sé con exactitud. No me contaba nada, solo me decía que hiciese mi trabajo.
De repente.
-¡Laura!, ¡Laura! Despierta.
-¿¡Qué!?
-Has tenido una pesadilla parece.
-Que mal sueño.
-¿Es verdad eso de que te dijo que te quiere?
-¿Cómo sabes tú eso?
-Hablas en sueños.
-Ups, no lo sabía. Si, es verdad, le dije que yo no quería nada con él, que volviéramos enseguida.
-¿Sigues trabajando para él?
-¡Cómo voy a seguir trabajando para él!. ¿Estás loco?
-Perdón, perdón. No quería ofender a la Srta. Laura.

Andrea entra un poco preocupada pensando en como se iba a tomar su madre la mentira que le iba a decir. Su madre se tenía que tragar de alguna manera que se iba a casa de Susanna. Pero después de lo del viaje con Enrico no le iba a creer. A la salida vendría a por ella, se la llevaría en coche hasta su casa, y le debía una por el partido. Pero antes tendrían que comer algo para ganar algo de fuerzas, que esto no es ni mucho menos un colegio donde hay comedores para los bebés ni nada. Ya le gustaría a Andrea quedarse a comer en un comedor, para escaparse con Enrico. La pena es que no hay y se tendrá que conformar con mentirle a su madre y aguantar que le soborne Susanna. ¡Pobre de ella!
-¡Andrea! Tenía muchísimas ganas de verte... He estado muy preocupada estos días. Y encima aguantar a la irritable Rebeca. Me pone de los nervios. Pero menos mal que estás aquí mi gran amiga. Por cierto, me lo tienes que contar todo, detalle ha detalle, todo lo que habéis echo, y lo que te ha regalado...
-Si... Hola Susanna... Yo también tenía ganas de verte. Antes de nada me tienes que hacer un favor.
-¿Cuál?
-Tenemos que llamar a mi madre para que se crea que me voy a comer a tu casa.
-Pero antes de nada me tienes que contar detalle a detalle todo lo que habéis echo, y yo te cubro con lo de tu madre.
Después de contarle todo lo que pasó en Londres y en el hotel.
-¡Qué fuerte! ¡Me dejas pasmada!
-¿Entonces me cubres o no?
-Claro que si. Qué romántico, seguro que esta tarde lo volvéis ha hacer.
-Anda vamos, que nos toca lengua.
-Claro, claro.

Tras haber estado seis horas pegada a la silla, solo con un descanso de media hora y un profesor que faltó ha cuarta Don Franco de historia, que por motivos personales no podía asistir, pues no se movió de su pupitre, hasta que sonó el último timbre de ese día.
-Susanna, ven corre.
-Dime.
Andrea saca el móvil, le da a agenda y busca rapidamente el número de su madre.
-Mama
-¿Qué? ¿Ha pasado algo?
-No. Me voy a comer a casa de Susanna.
-Cariño, no me mientas, si te vas a casa de ese chico, vete. Ya me inventaré algo para decírselo a tu padre.
-Gracias mamá eres un sol. De verdad, no se como te las ingenias, siempre me descubres.
-Es el don de las madres. Pero Andrea, siempre dime la verdad, ¿vale?
-Si...
-Hasta luego.
Colgó el móvil, ya no hacia falta mentirle más, Andrea cree que su madre le dejaría pasar más tiempo con él y ser feliz, formar una familia y eso, aún que es demasiado pronto.
-Andrea, estoy aquí.
-Ah, Hola Enrico, no te había visto.
-¿Me das un beso? -Rápidamente, Andrea se lo da- Bueno, ¿vamos a mi casa o prefieres ir a algún lado?
-No, no, a tu casa, que me gusta mucho, es enorme.
-Venga sube al coche.
Se sube al coche muy obediente, se pone el cinturón de seguridad, se ha cambiado el coche, es un Kia Rio color rojizo.
-¿Cómo estás?
-¿Quieres saber como me siento?
-Por supuesto, todo lo que sea de ti. Dime amor.
-¡Qué tonto! -Le mira, le sonríe, le brillan los ojos como a una luciérnaga en plena noche- Pues mira, ¿sabes cuando miras a tu alrededor y todo te parece más bonito, como árboles que te rodean,  el cielo o una nube tonta flotando sobre tu cabeza? pues así me siento yo en este momento, todo en pocas palabras, y que tienes en perfecta sintonía el mundo, cuando estoy contigo siento eso Enrico, lo más absurdo de la vida, te hace que sea lo más perfecto estando a tu lado. No intento hacerte la pelota ni nada, parezco una cursi diciendo esto, pero es la verdad, lo que siento por ti es real, eso no se cambia. Te quiero. Por nada en el mundo quiero perderte...
-¿Sabes?, esto es lo mejor que me han dicho en la vida... Pero es que lo que siento yo por ti es más grande que todo eso.
-¿Te acuerdas del partido de Madrid-Barça?
-Si.
-Tenemos algo pendiente.
-Es verdad, gano tu equipo, estoy deseando ver lo que quieres hacer.
-Verlo no, mas bien sentirlo.
-Mmmmmmm, ahora no caigo.
-Ya caerás...
-He echo tortelinis, espero que te gusten.
-¿Queso o tomate?
-Queso.
-Los de queso me gustan más, si señor, buena elección.
En la radio se escucha la canción de moda estos días. Andrea canta feliz al ritmo de la música mientras a la vez baila. Enrico mientras tanto, esta concentrado en la carretera, para no hacerle ni un rasguño a su nuevo coche, se lo compró ayer, el viejo Renault se lo ha dado a su madre porque el de ella se a estropeado y tenía unos quince años, y ya era hora de variar y tener otro en condiciones. Y él pues se ha tenido que comprar otro. Ha dado la entrada de pagar el coche y lo tiene que pagar en un plazo de dos años y medio. Le resulta extraño que Andrea no le ha preguntado. Muy raro viniendo de ella. Andrea es cotilla, pero lo suficiente. Por el momento Susanna es mucho más cotilla, mientras que también es muy meticulosa.



''Para Laura López Rodríguez. Te quiero''