viernes, 27 de abril de 2012

Capitulo 27

Por fin llegó el verano, esa época del año en la cuál tu piel se vuelve de otro color, donde descansas más, donde se es mas feliz por ir la playa o quedar con tu amigos y lo mejor sin exámenes. Como es de esperar Andrea las ha aprobado todas, pero a Susanna le han quedado tres. Enrico, no llamó ni una sola vez en este tiempo a Andrea. Bueno, en realidad no lo sabe, ella tiró su móvil al suelo y se rompió y no ha querido saber nada de él desde entonces. Su madre habló con su padre y han intentado arreglar las cosas y se han dado otra oportunidad. Andrea está muy feliz y espera que estén igual que antes ahora que no esta con Enrico no tienen motivos para estar peleados. Hoy, tercer día del mes de Julio, una mañana soleada y calurosa, con un cielo despejado. Una chica de cabello largo rubio y con el flequillo recogido hacia atrás pillado con una horquilla se halla en su cama leyendo ''Harry Potter y el misterio del príncipe'', por lo general le encanta leer, pero ella ha soñado durante tres meses en que estas vacaciones las pasaría con el que más le había importado hasta entonces: Enrico. Ir de viaje juntos, ir a la playa y picarse mientras jugaban en el agua, comer, vivir, soñar... Pero al terminar la relación no pudo cumplir la promesa que le había echo antes del partido del Real Madrid. Un poco disgustada se sentía por no decir mucho, ya que eran muy felices, pero por la dichosa carta de su padre y por otro lado los consejos de su madre y la cabezonería de él ha echo que tres meses de ilusión, de amor, de alegría, de felicidad se vaya al traste.
Andrea, no entiende porque no le ha dejado irse con ella o porque no ha esperado para irse. Ella no sabe si se ha ido o no, pero se lo supone.
<<- ¡Mierda! ¡Mierda! y más mierda. Joder, ¿qué coño hago pensando en él?. No, no me puede estar pasando esto, hace ya tiempo que me olvide y no puedo volver a recordarlo, no, no, y no- Se decía así misma mientras dejaba el libro de Harry a un lado de la cama, se puso de pie y se echó las manos a la cabeza-. Andrea... piensa... ¿Por qué? ¿Por qué ahora? Quizás no me había dado cuenta de lo mucho que lo quería, ¡No! ¡Eso ya lo sabía yo!->>
- Andrea te llaman.
- ¿Quién es?
- Un chico.
- ¿Un chico?
- Si.
- ¿Te ha dicho quién es?
- No. Ven a ver si se va a ir.
- Voy.
Andrea se dirigió a la puerta lo más rápido que pudo, se asomó por la mirilla y vio a la única persona que no se imaginaba, el último que se le hubiera pasado por la cabeza: Karl.
- ¿Qué haces aquí?- Preguntó en un tono frío.
- Na... Nada... Me he enterado que has cortado con tu novio y he querido venir a ver como estabas.
- ¿Desde cuándo te he importado como estoy?
- Desde siempre, siempre te he querido y siento mucho todo lo que te hice, si pudiera arreglarlo...
- No, no puedes.
- Pero yo te quiero.
- Pero yo a ti no, yo por ti no siento ninguna pena, no siento nada.
- ¿No quieres ni mi amistad?
- No nos llevaríamos bien...
- Eso no lo sabes.
- Si, si que lo sé. Pensé que nuestro amor era puro y que jamás me harías daño y ya ves, como cambian las cosas de un día para otro.
- Y seguro que también pensaste que tu amor con ese tal Enrico también duraría y así no ha sido.
- ¡Fuera!
- ¿Qué?
- ¡Que te vayas, no vuelvas más!
- Andrea, no sabes lo que estas haciendo...
- ¿Me estas amenazando?
- No.
- ¿Me vas a hacer lo mismo?
- Pues mira si, yo la verdad no hice nada, fuiste tu quien me puso los cuernos.
- ¡Me pegaste!, ¿te parece poco?
- Mira, te pedí perdón, he ido detrás tuya y tu no me has dado otra oportunidad.
- Es que lo que hiciste no tiene segundas oportunidades, yo también cometí un error, pero es como lo sentía, este chico me hacía única...
- Perdóname, por favor, he cambiado.
- No, y vete antes de que llame a mi madre.
- Bueno lo siento, adiós, te vas a arrepentir.
- Lo dudo.
- Ya veremos.
- ¿Qué quieres decir?
- ¿Yo? Nada.
- No, ahora me lo dices.
- Adiós.
- Karl, ¿te das cuenta de que no has cambiado?
- Hace mucho de eso y no conoces al Karl de ahora.
- Ni lo quiero conocer.
- Pues entonces adiós, y no esperes que vaya más detr...
Entonces en ese mismo instante apareció una silueta de las escaleras, con los brazos marcados de dos dedos más alto que Andrea. La muchacha se sorprendió y se llevo la mano a la boca, y empezó a llorar de emoción. Karl lo miró de arriba abajo con mala cara, le molestó muchísimo que se presentara él en esos momentos.
- ¿Interrumpo?
- ¿Que hace tú aquí?- Pregunto Karl muy enfadado.
- Eso mismo me pregunto yo.
- ¡ENRICO! ¡Qué sorpresa!- Andrea fue corriendo y lo abrazó con todas sus fuerzas.
- Bueno Andrea como ya te he dicho me voy, pero te vas a arrepentir- Karl se fue un poco decepcionado porque no había conseguido su objetivo.
- Pasa, pasa- Le dijo a Enrico-. ¿Para qué has venido?
- Para ver a la persona que quiero.
- Enrico...- No pudo proseguir pues estaba llorando bastante.
- No quiero verte así, quiero que sonrías que es como me gustas.
-Andrea, ¿qué pasa?- La madre de la muchacha entró y vio a Enrico, se sorprendió porque Andrea se lo había contado todo-. ¿Qué estas haciendo aquí?
- Pedirle perdón a la que me da las ganas de vivir día a día, la que me ha enseñado a saber que es el amor.
- Andrea, no desaproveches esta oportunidad.
-Ya lo sé mamá.
- Bueno os dejo, me voy a dar un paseo.
- Adiós señora.
- Enrico cariño... No me vuelvas a hacer esto, no quiero perderte.
- Lo sé, mira lo siento mucho, si quieres acompáñame a donde tu quieras, al fin del mundo si hace falta.
- Nunca te dejaré, porque dijimos siempre y así será, una pequeña pelea la tienen todas las parejas.
Andrea empezó a besar a Enrico, sintiendo el calor de sus labios, la respiración de cada uno, labios con labios, dulce, muy dulce. Empezaron a quitarse la ropa y poco después se hallaron tumbados sobre el sofá haciendo el amor.
- La promesa del partido...
- Si. Te quiero.
Siguieron y no pararon, cuerpo con cuerpo, lentamente y con mucho amor hallados en el salón con la luz del sol alumbrándolos y sin nadie en la casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario