martes, 6 de marzo de 2012

Capitulo 24

-Bueno, ¿para qué habéis venido?
-Pues mamá, hace un mes o así me vino una carta sin destino a mi casa. Me quede un poco estañado. -Tragó saliva con dificultad y prosiguió- Empecé a leer y me quede pasmado era de papá.
-¿¡QUÉ!?, ¿qué te ha dicho?
-Pues... que él... es un hombre lobo... y que se tubo que ir de aquí para no haceros daño.
-¡Pero bueno, si que tiene cojones este tío para contártelo!
-¿Por qué?
-Porque no pensaba que te lo iba a decir, pensaba que él quería que te dijera que habíamos cortado, que no iba bien nuestra relación, o que simplemente, deciros que había muerto.
-¡Pero eso sería mentirnos!
-Lo sé hijo, pero es que no te lo podíamos decir.
-Tu siempre has dicho que la verdad por delante.
-Pero en estas ocasiones es mejor ocultar la verdad.
-Ha dicho que tengo que ir a buscarlo.
-Tu eres el descendiente de él.
-¿Y qué debo de hacer para encontrarlo?
-Búscate tus propios medios, si eres un buen lobo debes de tener un buen instinto... Tu padre sufrió mucho para encontrar a tu abuelo.
-Es que el mundo es muy grande, tardaría años en encontrarlo.
-Ya te lo he dicho, si eres un buen lobo tienes que tener un buen instinto, recuerdalo.
-Muy bien mamá, pues nos vamos.
-No, quedaros un rato, tomaros el té.
-Hasta luego.
-Vale... adiós pues.
-Adiós señora.
-Señorita si no te importa.
-Mamá, no te quites años.
Después de esta conversación fueron hacia la puerta y salieron. Pocos minutos estaban en el coche. Enrico no podía parar de pensar en la conversación no sabia que hacer. Andrea estaba un poco disgustada, se había quedado con la intriga de muchas cosas y quería hacer muchas preguntas pero se quedaron en el aire. Cuando más piensas en una cosa o en alguien peor sale. En la vida cuando no tienes con quien ir de la mano, vas solo, con la cabeza bien alta y pensando en el camino que tienes que recorrer, no te aferres a la persona que quieres porque al fin y al cabo poco te va a servir. Mucho tiempo atrás Enrico era una persona amable, muy, muy curioso; le gustaba mucho los juegos de aventuras, las películas de acción... Hasta que llego a ser adolescente. Se enamoro de una chica muy guapa llamada Marina. Una chica de pelo castaño, pelo de largo hasta media espalda, no llevaba flequillo y tenía el cabello ligeramente ondulado. Era lista, no de las que sacaban sobresalientes pero su forma de pensar era de una chica madura, sabía llevar muy bien las criticas y no le dolía lo que dijesen de ella, ni de las burlas ni de nada en general. Enrico, pensó mucho en declararse, en pregonar su amor, él no era nada del otro mundo (en físico) pero tenia un gran corazón. Un día se armo de valor y se lo dijo. Ella reacciono muy bien, ya que eran amigos desde hace unos años. Por desgracia Marina acababa de romper su relación hace unos pocos días y no estaba preparada para otra relación con una persona diferente. Enrico estuvo mucho tiempo sin hablarle. Pero pensó y recapacito, fue hacia ella y le dijo:
-Mira, aunque me hayas dicho que no, aunque no me quieras, que sepas que mi corazón y mi alma lo tienes tú. Aprovéchalo porque sé que nunca podrás encontrar a una persona como yo, que te de amor, que te de pasión y que te haga entender los pasos de la vida, los caminos y hacerte ver que cuando una persona se cae se tiene que levantar, te pueden ayudar, pero tienes que elegir bien a la persona ideal.
Marina al escuchar estas palabras, los ojos se le llenaron de lágrimas en la vida le habían dicho algo así. Mientras tanto ella contestó:
-De lo único que estoy segura es que quiero estar a tu lado, que me empezaste a gustar hace mucho tiempo pero no tenia el valor de decírtelo, al decirme que me querías no pude decirte que si, tengo demasiado orgullo y esperaba que fueses detrás mía. Al ver que no ibas detrás de mi, lloré muchísimo porque te quiero, quiero que estés a mi lado todo este tiempo, quiero que ese camino lo recorramos entre los dos, y que nunca jamas nos separemos, porque he encontrado a mi media naranja y ese eres tú, quiero que me hagas feliz que me devuelvas la vida, que sea la persona que siempre quise ser, la que lo da todo por esa persona especial, la que quiere amar.
Él se quedo paralizado y la miró a los ojos que tenía llenos de lágrimas que recorrían un camino hasta la barbilla. Y la besó.

-Andrea, es ya hora de despertarse, son y media, así que date prisa que te llevo yo.
-Si, ma-mamá- Bostezó mientras se levantaba lentamente.
<<Buenos días mundo>> se dijo a si misma. Se vistió lo más rápido que pudo, se dirigió al cuarto de baño y cuando se miró al espejo se dio cuenta de que la camiseta se la puso al revés; se la puso al derecho y se lavo la cara. Mientras se quitaba los enredos de su melena rubia pensaba en que hoy tenia un largo día por delante. Mañana, tenía un examen de matemáticas muy complicado y no había estudiado nada. Y encima, esa tarde había quedado con Susanna para hacer el trabajo de historia. Sería un día agotador. Cuando terminó de peinarse su pelo laceo se dirigió a la cocina con mucha hambre. Su madre ya le había preparado su tostada y su descafeinado. Solo le quedaban diez minutos para llegar al instituto y su madre le estaba diciendo que se diera prisa. Cogió su mochila y se fue directa al coche, se subió y el coche se puso en marcha.
-¿Dónde está papá?
-Se ha ido a trabajar.
-¿Cuándo?
-A las siete y media se ha tenido que ir.
-Pues si a esa hora me he levantado yo y no lo he oído.
-Porque se ha ido unos minutos antes.
-Que raro, papá entra a las nueve.
-Pero le ha cambiado el turno a un compañero para salir antes.
-¿Y para qué?
-¡Pero bueno Andrea!
-Vale, vale.
No se dirigieron la palabra en todo el camino.
Cuando terminaron las clases, Andrea tenía muchísimos deberes y no tenía tiempo para todo. A la salida como todos los días Enrico fue a por ella.
-Hola amor- Le dio un suave beso en los labios.
-Hola, ¿qué tal te ha ido la clase?
-Ufff, fatal... Nos han mandado muchos deberes y esta tarde he quedado con Susanna para ayudarle con un problema con un niño, que esta rayada y mañana encima tengo un examen de matemáticas muy complicado, así que no se de donde voy a sacar el tiempo.
-Que novia tan ocupada tengo.
-Pues si, te has buscado a la ideal.
-Por supuesto.
-¡Mierda!, no le he preguntado a Susanna si me quedo en su casa para comer o me voy a la mía.
-No pasa nada, no se lo preguntes, vamos a mi casa y ya hablamos más tranquilamente.
-Ah, vale, perfecto, ¿luego me llevarás tú no?
-Claro, te llevo a donde haga falta, por ti doy la vida.
-Mira, te quiero demasiado, eres un sol.

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